Homenaje a Delia Giovanola en Villa Ballester

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A un año de su fallecimiento, se realizó un reconocimiento a una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. “Las Abuelas somos una especie en extinción, cada vez somos menos”, dijo quien falleció en 2022, a sus 96 años. Fue un ejemplo de lucha por la verdad, justicia y memoria.

El Municipio de San Martín realizó un homenaje a Delia Giovanola, este martes 18, en el primer aniversario de su fallecimiento.

Fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo en 1977, Delia falleció a los 96 años ypara recordarla el MSM instaló “señalamiento por la memoria” la esquina de Pacífico Rodríguez y Gral. Paz, de Villa Ballester. Ahora allí un cartel con su nombre la recuerda. 


El acto contó con la presencia de la secretaria de Integración Educativa, Cultural y Deportiva,  Nancy Cappelloni, el presidente del Concejo Deliberante, Sergio González, los ediles Verónica Jalil, Georgina Bitz y Alejandro Mamani, además de la titular del Consejo Escolar, Lidia Trinidad y el delegado municipal de Villa Ballester, Roberto Salar, entre otros. También participaron integrantes de la Comisión de Memoria, Verdad y Justicia de San Martín.

La subsecretaria de Derechos Humanos e Igualdad de Oportunidades, Daniela Mourelle, abrió el acto describiendo la historia de Delia como una de las doce fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo en 1977 y resaltó la importancia “de mantener viva su memoria y homenajear su lucha”.

Agregó que Delia vivió en Villa Ballester por más de cincuenta años y destacó: “Reconocemos a Delia, quién vivió gran parte de su vida enseñando con su ejemplo de lucha y búsqueda constante de justicia”.

En presencia de Martín Ogando Montesano, el nieto recuperado de Delia en 2015, Cappelloni resaltó la historia de Delia, quien fue “un ser lleno de luz, un ejemplo por la búsqueda de los nietos y por mantener viva la memoria, animando a otros”.


Fue muy emotiva la lucha de toda su vida que coronó con la recuperación de su nieto y se fue después de haberlo encontrado”, continuó Cappelloni. “Agradezco a Dios que ella haya atravesado nuestras vidas, nos enseñó mucho y disfrutamos su presencia en San Martín”, completó antes del descubrimiento del señalamiento en su memoria.         

Su historia, su lucha

Delia nació en La Plata el 16 de febrero de 1926, estudió en la escuela Mary O. Graham y se graduó de maestra, al igual que su hermana. Empezó a ejercer en 1945 en distintas escuelas de La Plata y en 1946 se casó con Jorge Narciso Ogando, quien había sido su novio desde los catorce años y con quien tuvo su único hijo, Jorge Oscar Ogando, el 28 de noviembre de 1947.

Tras la desaparición de su hijo y su nuera Stella Maris Montesano, que estaba embarazada de ocho meses, en La Plata en octubre de 1976, Delia recuperó a su nieta Virginia, de tres años, entregada por los represores a una vecina que también había visto por el ojo de una cerradura cómo secuestraban y se llevaban a la pareja, de la que no se supo el destino final. 

Delia buscó durante varios meses a sus familiares sola y sin apoyo, hasta que a comienzos de 1977 integró el primer grupo de madres y familiares que se comenzaron a reunir en la Plaza de Mayo, que luego fue conocido como Madres de Plaza de Mayo.

En ese contexto ella fue una de las doce fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que buscaban a los hijos nacidos en cautiverio de los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.

Posteriormente se enteró por una sobreviviente que la pareja había estado en cautiverio en el centro clandestino de detención denominado “Pozo de Banfield”, donde había nacido su nieto varón, al que llamaron Martín. Supo entonces que, en momentos posteriores al parto, Stella Maris le hizo llegar a Jorge Oscar parte del cordón umbilical para que se enterara del nacimiento.  

Esa información llevó a Delia a comenzar una conmovedora búsqueda para conocer el paradero de su nieto varón, mientras criaba a su nieta Virginia, quien posteriormente se quitó la vida, no sin antes aportar muestras de sangre para realizar las pruebas genéticas indispensables.

Y gracias a esas muestras y la presentación voluntaria de Martín para conocer su verdadera identidad, finalmente en 2015 Delia pudo reencontrarse con su nieto tras 39 años de conmovedora búsqueda.

Las Abuelas somos una especie en extinción, cada vez somos menos”, le dijo Delia al autor de esta nota, durante una entrevista para Reflejos de la Ciudad en su departamento de Villa Ballester, cuando con enorme calidez humana lo convidó a tomar mate en una tarde de verano y contó su historia, su lucha y su vida que tanto nos ilumina.   

Sebastián Cejas