Durante una década prestó servicio en la parroquia San Juan Bosco del barrio Carcova.
El Padre Pepe deja J.L.Suárez para seguir sembrando en otros lugares





Tanto él como su obra son indiscutidos. Amado y valorado por todos, es ejemplo de lucha con esperanza. Une con su tarea toda grieta, con él están los de un lado y del otro.
Y así se vivió el pasado viernes 12, en el festejo de su cumpleaños y su despedida. Es que a 10 años de llegar a José León Suárez, el Padre Pepe se despide para seguir su tarea en otro lugar, donde también se lo necesita.
Al caer la tarde del viernes pasado, cientos de vecinos de todos los sectores se acercaron a festejar, saludarlo y despedirlo. Estuvieron presentes representantes de todo el arco político y social. Eso habla de su gestión, de su tarea que sobrevuela cualquier grieta, divisiones que no existen para él. Y así lo demostró, demuestra y sin duda lo seguirá demostrando en su nuevo destino.
CIUDADANO ILUSTRE “Por su inmensa labor social, educativa y cultural, y por haber sido un gran promotor de los derechos de las niñas, los niños y jóvenes de la ciudad”, |
Todos y cada uno de los que se acercaron a la reunión por y para el Padre Pepe, agradecieron sus años de dedicación, su tarea para recuperar adolescentes, la educación posibilitada, su humildad y calidez, así como su presencia y acompañamiento en cada momento.
Despedida y agradecimiento
Pepe, como todos lo llaman, escribió y compartió una carta el pasado 8 de mayo, Día de la Virgen de Luján, para agradecer a los vecinos y, a la vez, despedirse.
“Quiero agradecer a San Juan Bosco estos 10 años que vivimos en comunidad. Al obispo Guillermo que me escribió a Santiago del Estero para venir al partido de San Martín y hacer la Parroquia Villera”, comienza la misiva.
“Desde aquella pequeña “cabaña”, esa casilla en el fondo de Carcova, fueron surgiendo respuestas a las grandes necesidades de las familias que nuevamente valoraban la fe católica de sus mayores. Cada capilla con su barrio, en un hermoso esfuerzo comunitario, pusieron de pie a la iglesia católica en la geografía grande de León Suárez”, destacó luego. Y más adelante, recordó que “desde el principio nuestra propuesta era llegar a ser una parroquia popular, abierta todas las edades, buscando desde el evangelio respuestas a los problemas de los hermanos. Así surgieron comedores, educación popular, escuela secundaria y oficios, hogares de Cristo etcétera”.
“Los niños y adolescentes empezaron a sentir la capilla del barrio como la casa común”, valoró y aseguró que “la alegría y miles de anécdotas que hoy se comparten” serán “recuerdos imborrables”.
“Gracias a las monjas que cada una con Su carisma hace posible y visible la presencia de la iglesia También a los grupos de hombres y mujeres verdaderos con verdaderas columnas de este edificio espiritual”, expresó antes de recordar la reciente pandemia, en la que “nadie se escondió, al contrario, esta comunidad puso todo lo aprendido en práctica y ante la muerte y la desolación propuso la esperanza y el amor”.
Finalmente, agradeció “a Dios por estos 10 años, al querido José León Suárez y a la parroquia San Juan Bosco” y que “el Padre Andrés haya sido amigo y discípulo para seguir esta hermosa responsabilidad de ser padre de la comunidad (…) así serán muchos más años que la parroquia crecerá en una misma dirección”.
Para terminar, contó: “Yo me debo ocupar de los hogares de Cristo que como ustedes pudieron ver han crecido en todo el país. Cuando lo fundé en el 2008 apenas éramos 10 personas, hoy somos 10.000 personas y somos una federación que está todo el país. Es sin duda una bendición de Dios pero que debemos atender. En unos meses seré párroco en otro lugar para sembrar la misma semilla que aquí” y cerró asegurando: “Nuestra unidad es del espíritu y la distancia no la rompe, la fortalece. Será siempre un hasta luego. Los quiero con el corazón”.
Fotos escuela x 2 y Omar Barea