Hasta siempre, Delia Giovanola

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Vecina de Villa Ballester y fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, falleció este lunes a sus 96 años tras una conmovedora búsqueda de su nieto tras el secuestro de su hijo y nuera en 1976 durante la última dictadura cívico-militar. Sus restos son velados hoy martes por la tarde en la Municipalidad de Gral. San Martín.

Tras una enorme lucha por verdad, justicia y memoria en relación al genocidio perpetrado por la última dictadura cívico-militar, este lunes 18 falleció a sus 96 años Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo y vecina de Villa Ballester, quien en 2015 se reencontró con su nieto Martín, apropiado por los genocidas luego del secuestro de sus padres en 1976.

"Enorme tristeza. Aún no caemos. Falleció Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Militante de la memoria, la verdad, la justicia y la alegría. En 2015, tras casi 40 años de lucha, pudo encontrar a su nieto Martín", señaló el mensaje con que Abuelas despidió a Delia desde su cuenta oficial en Twitter.

A su vez, el Presidente de la Nación Alberto Fernández destacó en su cuenta de Twitter: "Con mucho dolor despedimos a Delia Giovanola, una de las fundadoras de nuestras queridas Abuelas de Plaza de Mayo. Su legado quedará en nuestra memoria como una verdadera enseñanza: nunca abandonar nuestras luchas. Hasta siempre, Delia".

Y, en San Martín, el intendente Fernando Moreira, expresó “Con profunda tristeza despedimos a nuestra querida abuela Delia Giovanola. Fundadora de Abuelas, que con su amor, compromiso y una fuerza admirable nos enseñó a luchar por las causas más justas”.

Hoy, martes19 de julio, de 15 a 19 sus restos serán velados en hall central del Palacio Municipal de San Martín.   

Su historia, su lucha

Delia nació en La Plata el 16 de febrero de 1926, estudió en la escuela Mary O. Graham y se graduó de maestra, al igual que su hermana. Empezó a ejercer en 1945 en distintas escuelas de La Plata y en 1946 se casó con Jorge Narciso Ogando, quien había sido su novio desde los catorce años y con quien tuvo su único hijo, Jorge Oscar Ogando, el 28 de noviembre de 1947.

Tras la desaparición de su hijo y su nuera Stella Maris Montesano, que estaba embarazada de ocho meses, en La Plata en octubre de 1976, Delia recuperó a su nieta Virginia, de tres años, que fue entregada por los represores a una vecina que también había visto por el ojo de una cerradura cómo secuestraban y se llevaban encapuchados a la pareja, de la que no se supo el destino final. 

Delia buscó durante varios meses a sus familiares sola y sin apoyo, hasta que a comienzos de 1977 integró el primer grupo de madres y familiares que se comenzaron a reunir en la Plaza de Mayo, que luego fue conocido como Madres de Plaza de Mayo.

En ese contexto ella fue una de las doce fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que buscaban a los hijos nacidos en cautiverio de los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.

Posteriormente se enteró por una sobreviviente que la pareja había estado en cautiverio en el centro clandestino de detención denominado “Pozo de Banfield”, donde había nacido su nieto varón, al que llamaron Martín. Supo entonces que en momentos posteriores al parto, Stella Maris le hizo llegar a Jorge Oscar parte del cordón umbilical para que se enterara del nacimiento.  

Esa información llevó a Delia a comenzar una conmovedora búsqueda para conocer el paradero de su nieto varón, mientras criaba a su nieta Virginia, quien posteriormente se quitó la vida, no sin antes aportar muestras de sangre para realizar las pruebas genéticas indispensables.

Y gracias a esas muestras y la presentación voluntaria de Martín para conocer su verdadera identidad, finalmente en 2015 Delia pudo reencontrarse con su nieto tras 39 años de conmovedora búsqueda.

Las Abuelas somos una especie en extinción, cada vez somos menos”, le dijo Delia al  autor de esta nota, durante una entrevista para Reflejos de la Ciudad en 2019, en su departamento de Villa Ballester, cuando con enorme calidez humana lo convidó a tomar mate en una tarde de verano y contó su historia, su lucha y su vida que tanto nos ilumina.

Sebastián Cejas