Las incubadoras de empresas: Solución productiva

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El Municipio de Gral. San Martín fue precursor en la implementación de incubadoras de empresas, allá por 1990, durante la gestión del Dr. Carlos Brown

                                                                                       

Hoy nuestro país atraviesa una crisis de generación de riquezas y creación de empleo formal. En el mundo nacieron desde hace muchos años las incubadoras de empleos, como la búsqueda de una profunda y genuina solución de ambos problemas, nuevas empresas y nuevos empleos. Este es el desafío. 

La estructura de las incubadoras actuales se configuró en la década de los setenta, en los Estados Unidos. A partir del final de esa década y principios de los ochenta, en Europa occidental. Allí, los gobiernos locales, las universidades e instituciones financieras se reunieron para evaluar el proceso de industrialización de las regiones poco desarrolladas o en fase de declinación debido a la recesión de los años setenta y ochenta y buscaron cómo solucionarlo.

La motivación era de naturaleza económica y social, vislumbrando la creación de puestos de trabajo, generación de riqueza y desarrollo económico. 

Luego el país latinoamericano más avanzado en el desarrollo de incubadoras de empresas fue Brasil, que comenzó a trabajar en incubación en 1984 cuando se crearon cinco fundaciones para realizar transferencia de tecnología de las universidades al sector productivo. 

En nuestro país, el sistema de incubadoras de empresas ha tenido avances y retrocesos a lo largo de su historia, podemos mencionar 5 hitos:

Primer Hito - La primera incubadora de base productiva a nivel municipal instalada en nuestro país, fue la “Fray Luis Beltrán” constituida en el año 1990, en el marco del programa MIPES para la creación y fortalecimiento de micro y pequeñas empresas en el municipio de General San Martín, Provincia de Buenos Aires.

Segundo hito - El Programa Columbus, desarrollado durante los años 1991 y 1992, auspiciado por el Consejo de Rectores de Universidades Europeas. Su principal objetivo era apoyar el desarrollo de incubadoras universitarias en América Latina.

Tercer hito – El Programa de Incubadoras productivas y de Base Tecnológica creado en 1995 por el Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires. El mismo consistió en el otorgamiento de subsidios para la creación e instalación de incubadoras en universidades nacionales radicadas en su territorio y los gobiernos municipales de los distintos distritos.

Cuarto hito – La creación de la Asociación de Incubadoras, Parques y Polos Tecnológicos (AIPyPT) en el año 1999. Iniciando así un lento proceso por nuclear a las incubadoras existentes.

Quinto hito Intervención del Estado Nacional, que comienza a intervenir activamente con políticas de promoción de incubadoras y parques tecnológicos a través de FONTAR (Fondo Tecnológico Argentino), la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) o el Programa Especial de Incubadoras de Empresas, Parques y Polos Tecnológicos de la Secretaría de Ciencia y Tecnología. 

Del Programa Columbus surgen las primeras incubadoras, correspondientes en primer lugar a la Universidad de Luján y, segunda la Universidad de La Plata. Estas se conformaron a partir del “Programa de Incubadoras Productivas y de Base Tecnológica” creado en 1995 por la Unidad Generadora de Empleo del Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires.

Nuevas empresas, nuevos empleos

Según la National Bussines Incubation Asociation (NBIA) una incubadora de empresas es una herramienta del desarrollo económico, diseñada para acelerar el nacimiento y el crecimiento de emprendimientos a través del aporte de recursos y servicios que sirven de soporte para la empresa incipiente y la creación de empleos formales.

La asistencia que una incubadora proporciona para la creación de una nueva empresa atraviesa tres etapas: pre-incubación, la incubación y la post-incubación para su realización final.

La creación de una red de incubadoras productivas permitiría la sistematización y el ordenamiento de los recursos disponibles para facilitar su funcionamiento exitoso en la creación de nuevas empresas y puestos de trabajos. 

Cada región de país/provincia debería hacer foco específicamente en sus potencialidades existentes y estratégicas, realizando alianzas estratégicas con los institutos de formación académicas existentes, como también con las empresas vinculadas. 

El Estado nacional/provincial/municipal debe funcionar como prestador de la infraestructura necesaria para el desarrollo de las incubadoras y búsqueda de aportante de recursos humanos para las tareas administrativas, debiendo ser acompañados por todo el sistema financiero.

Este objetivo que ha cumplido grandes resultados en el mundo, debe continuar en la Argentina. Lo iniciamos en 1990 en San Martín y lo continuamos en la Provincia de Buenos Aires, en el Ministerio de la Producción en 1995. Nuevas empresas y nuevos empleos deben ser nuestros objetivos.

        Dr. Carlos R. Brown*

*Fue intendente de San Martín, ministro de la Producción y el Empleo, diputado  nacional bonaerense. En la actualidad es directivo del  BICE - Banco de Inversión y Comercio Exterior, además de miembro fundador y presidente del MPA - Movimiento Productivo Argentino