La panadería, confitería y cafetería reinauguró su local central
Don Luis sigue creciendo y sorprendiendo





Don Luis sigue creciendo. La panadería, confitería y cafetería que nació hace algo más de un cuarto de siglo en Chilavert, frente a la plaza Solís, que cuenta con 12 sucursales entre las de Villa Ballester y El Calafate, reinauguró hace un par de semanas su casa central con nuevos espacios y servicios.
En diálogo con este medio, Luis -quien junto a su hermana Mónica llevan adelante la cadena de locales- contó que terminada la pandemia tuvieron “la oportunidad de comprar la propiedad contigua”, sobre la calle Artigas y, entonces, “comenzó el proceso de ampliación”. Planificaron extender el sector de producción y también el de atención al público. La fábrica en sí la ampliaron en un 150%, “de 250 metros originales pasamos a casi 730”, contó satisfecho. A ello ayudó que en la parte nueva tuvieron la posibilidad de hacer un piso más, con un sector de depósito, diseñar nuevas comodidades en función de la elaboración y otras cuestiones técnicas.
La planta baja, destinada a la venta directa de productos y cafetería, pasó de 110 metros a más de 230. Además, ahora cuentan con un nuevo espacio, un patio al aire libre, con jardín vertical, cascada y otras exquisitas características que, con modernos muebles, se convertirá en un sector para grupos de amigas, reuniones u otras opciones.
Impacto, comodidad y nuevos productos
La apuesta fue grande, como el esfuerzo y la inversión. Decidir crecer en el barrio tiene un valor extra. Además de embellecer y revalorizar la zona, la nueva Don Luis generó nuevos puestos de trabajo, aumentando su personal con unos 10 empleados más. A ello se suma la elaboración de nueva pastelería gourmet, con especialidades y exquisiteces, que podrán adquirirse en un nuevo sector de venta, en el nuevo salón.
“La idea también es dar un impacto que dé que hablar, con una gran apuesta, más allá de nuestra comodidad, queremos que lo que podamos ofrecer sea lindo, es una inversión muy grande en calidad”, contó Luis, quien destacó el beneficio de ser propietario y dueño del lugar a la vez, lo cual “alienta la inversión”.
Las reformas llevaron tiempo, mucho esfuerzo y obligaron a tener las puertas cerradas unos cuantos días. Pero la reapertura fue una fiesta. “Los vecinos agradecidos se acercaban emocionados, muchos nos acompañan desde el comienzo”, dijeron.
Lejos de descansar y disfrutar el remodelado espacio, ya están pensando en abrir alguna sucursal más. “El plan inmediato, adelantaron, es tratar de unificar criterios y que todas las sucursales se parezcan, para que cada vecino cuando entra a una sucursal, de lunes a lunes de 7 a 20.30, sienta que entra a Don Luis”.
Con su quehacer diario en las sucursales de Ballester -en Balcarce y Artigas, Campichuelo y Artigas, 9 de Julio y Reconquista, Independencia y Moreno, Lacroze entre Alvear y Lavalle y la central, de Solís y Artigas- Don Luis es sin duda un ejemplo de trabajo y solidaridad en el barrio que los vio nacer y crecer y al que tanto siguen aportando. Además de producir y vender sus productos también colaboran diariamente con hogares y comedores de la zona.
Pronto, el 1ro. de mayo, Don Luis cumplirá 26 años desde aquel primer negocio en la esquina de Solís y Artigas, donde los hermanos junto a su mamá comenzaron con una panadería chiquitita, con elaboración propia y el sueño de triunfar y crecer, objetivo que ampliamente lograron cumplir.